domingo, 23 de diciembre de 2018

¡Qué esta navidad sea de alegría!


Por: Martín A. Fernández Ch. 23/12/2018

Escrito dedicado a los que se fueron (los exiliados) y a los que se quedaron (los insiliados).

En base a mi experiencia de vida como hijo de emigrante y de mi ímpetu actual de promover el bienestar, comparto con ustedes lo siguiente:

  1. Hagan que esta navidad sea alegre y no permitan que la tristeza se convierta en la emoción predominante. Es cierto que estamos viviendo un duelo migratorio, momentos en que las familias se encuentran muy disminuidas y ese vacío produce un estado de desgane, sobre todo a nosotros los venezolanos que estamos acostumbrados a reunirnos en estos días en familia extendida (núcleo familiar, más integrantes extras que son o no familia), pero no necesariamente tenemos que pasar estos días en la oscuridad del dolor. Ahora es el momento de fortalecer los lazos con los miembros que quedan y tender puentes con familias y amigos que  están pasando por lo mismo. Los venezolanos somos especiales, nos gusta compartir y celebrar en comunidad, entonces aprovechemos esa actitud para unirnos en una sola fiesta. Recuerden que la Navidad es un encuentro importante por el cumpleaños de nuestro amado Jesús, hijo de nuestro padre Dios.
  2. Los exiliados deben unirse en comunidades para celebrar juntos estas navidades. Eso es lo que hacíamos y seguimos haciendo aquí los emigrantes, que luego derivó en la formación de clubes para que las futuras generaciones crecieran en un ambiente familiar, aprendiendo las costumbres y el folklore de su país y del país que le dio cobijo.
  3. Cuando somos exiliados o insiliados, nos damos cuenta que lo más importante es la familia y la ausencia nos duele. Eso es parte del duelo que estamos viviendo, por eso es que con cada encuentro y despedida (bien sea un viaje de visita o una llamada telefónica) lloramos. Eso es natural. Como también es natural extrañar, añorar, soñar y desear volver a la patria, hasta desvariamos en regresar en el tiempo. Pero lo mejor es avanzar, porque no es posible vivir en dos lugares al mismo tiempo y menos en dos momentos a la vez (pasado y presente). Así que deben concentrarse en el lugar donde están y en el ahora. Nosotros los insiliados entendemos las circunstancias que los obligaron a emigrar y deseamos que regresen cuando nuestro país esté en proceso de reconstrucción (los esperaremos con los brazos abiertos); pero, por ahora, ustedes hacen más por nosotros donde están. Y si hacen raíces, también lo entenderemos, mientras sean felices.
  4. Monten el arbolito y hagan el nacimiento, reúnanse a hacer la cena (hallacas, pernil, pan de jamón, ensalada o cualquier comida que puedan). Estas son costumbres generacionales que deben conservarse, donde lo más importante es el encuentro y vivir la experiencia de compartir momentos de amor filial y de amigos. No es relevante si el arbolito es de pino o una rama seca, sino el cómo se hace: en familia. Adicionalmente, incorporen algo de las costumbres del país que cobijó al exiliado, es una manera de agradecer la oportunidad que nos han dado. Nosotros los emigrantes, incorporamos costumbres (comidas y canciones) venezolanas a la celebración de navidad.
  5. Que la música suene y duro. Las gaitas nos pertenecen, así como aquellas canciones navideñas que se volvieron iconos para estos momentos. Esta música nos pertenece, son parte de la venezolanidad. Por eso, no hay que dejar que las circunstancias impidan que las disfrutemos. También bailemos, porque esta música es parte de nuestro espíritu alegre navideño; además, tienen ritmo propio y es nuestro.
  6. La tecnología es una herramienta a nuestro favor, entonces aprovechemos esta facilidad para hacer un acompañamiento que nos acerque, aunque sea de manera virtual, con nuestros seres queridos en esta celebración. Y sería muy emocionante si en la cena, antes de comer, hagan una oración de agradecimiento a Dios y le pidan por la salud y el bienestar de los ausentes. Así como también, pueden recordar anécdotas jocosas de la familia. Es decir, buscar la manera de disfrutar el momento.
  7. Es cierto que estamos viviendo un luto migratorio, pero esto no significa que debemos hundirnos en el fango de la depresión y la tristeza. Tenemos que tener siempre presente que el exiliado emigró para buscar mejoras, que su país no le estaba proporcionando, y hay que estar alegres por esa emprendimiento valiente.


Así que, has que esta navidad sea de alegría.    

FIN