domingo, 20 de diciembre de 2015

LA HISTORIA ES LO MÁS IMPORTANTE

Martín Fernández, 20/12/2015

En mi interés por la escritura, he tenido la oportunidad de leer el Libro “Mientras Escribo” de Stephen King (segunda edición febrero 2004, traducción de Jofre Homedes Beutnagel, impreso en Venezuela por Editorial Melvin C.A. en septiembre de 2010), un texto con más de 300 páginas, el cual me prestaron, siendo ésto una ventaja porque no tuve que comprarlo y después acumularlo en mi biblioteca, pero la desventaja es que cuando leo para aprender acostumbro a subrayar y escribir notas al margen de las páginas, algo que no podía hacer en este caso. Así que se me ocurrió tomar notas en una libreta, para luego escribirlas en este texto y poder compartirlo con amigos que estén en mi misma sintonía. Mi intención no es sustituir el libro, más bien los invito a leerlo por completo.

De todos los consejos de Stephen, hubieron dos que me resaltaron: uno, quizás el más importante, es que la historia es lo más importante, que hay que concentrarse en el cuento y reducir a su mínima expresión los desvanes descriptivos; el otro, se refiere a que siempre tengamos lista nuestra caja de herramientas, haciendo similitud con un plomero o un mecánico, porque uno nunca sabe cuando va a necesitar una fórmula literaria (herramienta) que fortalezca nuestra historia.

A continuación se presentan unas cuantas citas textuales de consejos que Stephen escribe en dicho libro, las cuales considero que hay tener siempre presentes. Espero que lo disfruten.

Página 41
“Si no hay objeción, me gustaría aclarar algo lo antes posible. No hay ningún Depósito de Ideas, Central de Relatos o Isla de los Best-séller Enterrados. Parece que las buenas ideas narrativas surjan de la nada, planeando hasta aterrizar en la cabeza del escritor: de repente se juntan dos ideas que no habían tenido ningún contacto y procrean algo nuevo. El trabajo del narrador no es encontrarlas, sino reconocerlas cuando aparecen.”

Página 72
“Del poema también me gustó su ética del trabajo, señal que escribir poesía (o cuentos, o ensayos) tenía tanto que ver con fregar suelos como los episodios míticos de revelación. En A Raisin in The Sun, la novela de Lorraine Hansberry, hay un fragmento donde un personaje exclama:  «!Quiero volar! !Quiero tocar el Sol!», y su mujer le contesta: «Primero cómete los huevos fritos».”

Página 82
“...Escribir es una labor solitaria, y conviene tener a alguien que crea en tí. Tampoco es necesario que hagan discursos. Basta, normalmente, con que crean.”

Página 86
En relación con el aprendizaje que tuvo escribiendo Carrie White, Stephen dice:
“...Aprendí dos cosas: primero, que la impresión inicial del autor sobre el personaje o personajes puede ser tan errónea como la del lector. Segundo (pero no en importancia), darse cuenta de que es mala idea dejar algo a medias solo porque presente dificultades emocionales o imaginativas. A veces hay que seguir aunque no haya ganas. A veces se tiene la sensación de estar acumulando mierda, y al final sale algo bueno.”


Página 39
“Se empieza así: poniendo el escritorio en una esquina y, a la hora de sentarse a escribir, recordando el motivo de que no esté en medio de la habitación. La vida no está al servicio del arte, sino al revés.”

Página 119.
“El acto de escribir puede elaborarse con nerviosismo, entusiasmo, esperanza y hasta desesperación (cuando intuyes que no podrás poner por escrito todo lo que tienes en la cabeza y el corazón). Se puede encarar la página en blanco apretando los puños y entornando los ojos, con ganas de repartir ostias y poner nombres y apellidos, o porque quieres que se case contigo una chica, o por ganas de cambiar el mundo. Todo es lícito mientras no se tome a la ligera. Repito: no hay que abordar la página en blanco a la ligera.”

Página 129
“...Poner el vocabulario de tiros largos, buscando palabras complicadas por vergüenza de usar las normales, es de lo peor que se le puede hacer al estilo.”

Página 130
“...Recuerda que la primera regla del vocabulario es usar la primera palabra que se te haya ocurrido, siempre y cuando sea adecuada y dé vida a la frase. Si tienes dudas y te pones a pensar, alguna otra palabra saldrá (eso seguro, porque siempre hay otra), pero lo más probable es que sea peor que la primera, o menos ajustada a lo que querías decir.”

Página 133
“Una gramática defectuosa genera frases defectuosas.”
“La persona que tiene nociones básicas de gramática descubre en su núcleo una simplicidad reconfortante, donde lo único imprescindible son los nombres, palabras que designan, y los verbos, palabras que actúan.”

Página 137
“También te habrás fijado en que, partida en dos ideas, la idea original es mucho más fácil de entender. Es una manera de facilitarle las cosas al lector, y siempre hay que pensar primero en el lector; sin él solo eres una voz que pega rollos sin que la oiga nadie.”
“[...] desconfía del adverbio.”

Página 138
Sobre los adverbios, Stephen dice:
“[...] son como el diente de león. Uno en el cesped tiene gracia, queda bonito, pero como no lo arranques, al día siguiente encontrarás cinco, al otro cincuenta...y a partir de ahí, amigos míos, tendréis el cesped <<completamente>>, <<avasalladoramente>> cubierto de diente de león. Entonces los veréis como lo que son, malas hierbas, pero entonces, !ay!, entonces será demasiado tarde.”

Página 140
“La mejor manera de atribuir diálogos es <<dijo>>.”

Página 145
“Dentro de la narrativa, el párrafo está menos estructurado; en vez de melodía es ritmo. Cuanto más narrativa se lee, más se da uno cuenta de que los párrafos se forman solos. Como tiene que ser. Al escribir conviene no pensar demasiado en dónde empieza y termina el párrafo. El truco es dejar que siga su curso. Después, si no te gusta el resultado, lo arreglas y listo. Es lo que se llama revisar.”

Página 147
“...El lenguaje no está obligado a llevar permanentemente corbata y zapatos de cordones. El objetivo de la narrativa no es la corrección gramatical, sino poner cómodo al lector, contar una historia... y, dentro de lo posible, hacerle olvidar que está leyendo una historia [...] Escribir es seducir. La seducción tiene mucho que ver con hablar con gracia.”   

Página 158
Sobre la musa (Stephen le dice “muso“):
“...Existe un muso, pero no esperes que baje revoloteando y esparza polvos mágicos creativos sobre tu máquina de escribir u ordenador. Vive en el subsuelo. Es un habitante del sótano. Tendrás que bajar a su nivel y, cuando hayas llegado, amueblarle el piso. Digamos que te toca a tí sudar la gota gorda…”

Página 159
“Si quieres ser escritor, lo primero es hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho. No conozco ninguna manera de saltárselas. No he visto ningún atajo.”

Página 168
“...Cuando se escribe mejor (siempre, siempre, siempre) es cuando el escritor lo vive como una especie de juego inspirado. Yo, si quiero, puedo escribir a sangre fría, pero me gusta más cuando es algo fresco y quema tanto que casi no se puede tocar.”

Página 173
“...Llega el turno de la gran pregunta: ¿de qué escribirás? Y de una respuesta igual de grande: de lo que te dé la gana. Lo que sea…<<mientras cuentes la verdad>>.”

Página 174
Sobre qué escribir, Stephen sigue diciendo:
“...En mi opinión, lo que sería una pena es renegar de lo que conoces y te gusta…”

Página 176
“En general, la gente que compra libros no se guía por el mérito literario de una novela. Quieren una historia entretenida para el avión, algo que los cautive desde el principio, que los absorba y los impulse a girar la página. Esto, a mi juicio, ocurre cuando los lectores reconocen a los personajes, su comportamiento, su entorno y su manera de hablar. Una manera de que el lector se sienta dentro de la novela o el cuento es que oiga ecos muy fuertes de lo que vive y piensa. Mi opinión es que es imposible conseguir la conexión de manera premeditada, a base de estudios de mercado.”

Página 177
“Escribe lo que quieras, infúndele vida y singularízalo vertiendo tu experiencia personal de la vida, la amistad, las relaciones humanas, el sexo y el trabajo. Sobre todo el trabajo; no sé por qué, pero es así…”

Página 179
“ A mi modo de ver, todos los relatos y novelas consta de tres partes: la narración, que hace que se mueva la historia a A a B y por último hasta la Z, la descripción, que genera una realidad sensorial para el lector, y el diálogo, que da vida a los personajes a través de sus voces.
Te preguntarás dónde queda la trama. La respuesta (al menos la mía) es que en ninguna parte.”

Página 187
Sobre hacer argumentos, Stephen dice:
“...Ten presente que entre historia y esquema argumental hay una diferencia enorme. La primera es honrada y de fiar, mientras que el segundo es sospechoso y conviene someterlo a arresto domiciliario.”

Página 191
“La descripción convierte al lector en partícipe sensorial de la historia. A describir se aprende, que es una de las razones principales de que solo puedas hacerlo bien si lees y escribes mucho...Sólo aprenderás practicando.”

“El primer paso de la descripción es la visualización de lo que quieres hacer vivir al lector, y el último, trasladar a la página lo que ves en tu cabeza. Fácil, lo que se dice fácil, no es…”

“Una descripción insuficiente deja al lector perplejo y miope. El exceso de descripción lo abruma con detalles e imágenes. El truco es encontrar un buen punto medio. También es importante saber qué describir y qué descartar en el proceso principal, que es contar algo.”

Página 192
Sobre cuánto hay que describir, Stephen dice:
“...La descripción arranca en la imaginación del escritor, pero debería acabar en la del lector…”

“Para que el lector se sienta dentro de la historia, concedo más importancia al escenario y el ambiente que a la descripción de personajes.”

Página 194
“...Otra cosa importante que hay que recordar es que lo esencial no es el marco, sino la historia. No es aconsejable, ni en mi caso ni en el tuyo, hacer descripciones más frondosas de la cuenta solo porque sea fácil. No es esa la carne que hay que poner en el asador.”

Página 197
“Cuando un símil o metáfora no funciona, el resultado puede ser cómico o penoso. Hace poco leí esta frase en una novela que prefiero no nombrar: <<Se quedó sentado al lado del cadáver, impasible y aguardando al forense con la misma paciencia que si esperaba un sandwich de pavo>> Si hay una conexión esclarecedora, yo no la he captado. Por lo tanto, cerré el libro sin seguir leyendo…”

Página 198
“La clave de una buena descripción empieza por ver con claridad y acaba por escribir con claridad, mediante el uso de imágenes frescas y un vocabulario sencillo.”

Página 205
Sobre el diálogo y los personajes, Stephen dice:
“Se trata de dejar que hablen libremente todos los personajes, sin prestar atención a los criterios de la Legión de la Decencia.”

Página 216
“Truquitos y artilugios los hay de sobra…”

“Mi postura, en todos los casos, es muy sencilla. Lo tienes todo a tu disposición, y deberías usar cualquier artificio que mejore la calidad de lo que escribes sin interponerse en la historia. Si te gustan las aliteraciones…, no dudes en insertarlas y comprobar el efecto sobre el papel. Si parece que funciona, puede quedarse. Si no, para algo hay una tecla de borrar en el ordenador.”

Página 218
Sobre los simbolismos, Stephen dice:
“Si está y lo percibes, considero que deberías desenterrarlo con el mayor cuidado, pulirlo hasta que brille y tallarlo como hacen los joyeros con las piedras preciosas o semipreciosas.”

Página 220
“La capacidad de resumir y condensar es justamente lo que le da al simbolismo su interés, utilidad y, si se usa bien, capacidad de seducción. Podría decirse que es otra clase de lenguaje figurado.”

“¿Deduciremos que es imprescindible para que tenga éxito tu cuento o novela? Ni mucho menos. De hecho puede ser perjudicial, sobre todo si te dejas arrastrar. La función del simbolismo es adornar y enriquecer, no crear una sensación artificial de profundidad. Digámoslo claramente: los trucos de escritor no tienen nada que ver con la historia. Lo único que tiene que ver con la historia es la propia historia.”

Página 221
“...Yo creo que al releer (!y contar!) el original sabrás darte cuenta de si hay simbolismos. Si no lo hay, no intentes introducirlo a la fuerza. Si está, si queda clara su pertenencia al fósil que intentas desenterrar, apuesta por él. Poténcialo. Lo contrario sería ser tonto.”

Página 221
“...No es obligatorio que todos los libros rebosen simbolismo, ironía o musicalidad (por algo lo llaman prosa), pero soy de la opinión de que todos los libros (al menos los que vale la pena leer) hablan de algo. Durante la primera versión, o justo después de ella, tu obligación es decidir de qué habla el tuyo. Durante la segunda (o tercera, o cuarta) tienes otra: dejarlo más claro. Quizás te exija cambios o revisiones a gran escala, pero tú y el lector obtendréis el beneficio de una mayor nitidez y una mayor unidad del relato. Casi nunca falla.”

Página 233
Sobre la primera versión del libro y cuando deberías revisarlo para su corrección, Stephen dice:
“El tiempo de descanso que le concedas al libro (como cuando amasan el pan, lo dejan reposar y vuelven a amasarlo) depende exclusivamente de ti, pero considero que no debería bajar de seis semanas.”

Página 234
“Cuando haya llegado el día de la corrección [...], saca el original del cajón. Si parece una reliquia comprada en unos encantes que ni recuerdas, si te parece algo rarísimo, es que estas preparado.”

Página 235
Sobre la revisión de la historia, Stephen dice:
“Durante ella, la parte superior de mi cerebro piensa en la historia y en todo lo relacionado con la caja de herramientas: quitar pronombres cuyo antecedente no esté claro [...], añadir expresiones que aclaren el sentido y, claro está, eliminar por sistema los adverbios que puedan quitarse (que nunca son todos, ni suficientes).”

Página 251
Sobre la investigación que algunas historias requieren hacer, Stephen dice:
“Hazme un favor: sino tiene más remedio que investigar, porque hay partes de tu historia que tratan de cosas que conoces poco o nada, ten presente las palabras <<de fondo>>. Es donde le corresponde estar en la investigación: lo más al fondo que puedas ponerla.”

Página 255
Sobre la investigación, Stephen agrega:
“...En cuanto te sales de la norma del <<escribe de lo que sepas>> se vuelve inevitable investigar, y puede contribuir mucho a tu relato. Ahora bien, no pongas el carro delante de los bueyes. Acuérdate de que escribes una novela, no un ensayo. La historia siempre es lo primero.”

EL PODER DE UNA SONRISA

Martín Fernández 20/12/2015

¡Qué mejor regalo que una sonrisa! Esa acción que refleja un descanso momentáneo de la conciencia de sus avatares del día, para permitir que el alma destelle alegría, amor, buenos sentimientos, y todo aquello que signifique muestras de esperanza de un mundo mejor.

¡Qué sabroso es dar y recibir una sonrisa! Solo se necesita abrir nuestros corazones y desear a la persona todo lo mejor y al mismo tiempo decirle “Buenos días”, y de manera automática recibimos una respuesta de alegría, como agradeciendo la esperanza que hemos sembrado en su alma.

¡Qué nos cuesta una sonrisa! Es un pequeño esfuerzo de amabilidad que tiene un efecto multiplicador, solo se necesita unos segundos para transmitir esos buenos deseos y sonreír. No se trata de andar “pelando los dientes” a todo el mundo, pero esa amabilidad acompañada de dicho gesto facial no tiene precio.

¡Para recibir una sonrisa, hay que darla primero! Alguien tiene que dar el primer paso, pero no esperemos por el otro, porque puede ocurrir que los caminos se crucen sin hacerse sentir, entonces tomemos la iniciativa. Lo bueno es que siempre tendremos una buena respuesta, y mucho mejor sería si nos miramos a los ojos, puede suceder que descubramos algo más.


¡Aunque estemos en penumbra, una sonrisa ilumina el alma! Hay momentos que nos sentimos oscuros, sin ganas, derrotados, o como zombis que deambulamos por la calle rumbo al trabajo o de regreso cansados, y qué mejor regalo  es cuando recibimos una sonrisa, que no necesariamente tiene que ser de un conocido. Como la imagen de la Luna, que nos muestra su hermosura en la noche más oscura, ¿Por qué no reglamos sonrisas?, quien sabe y estamos salvando un alma perdida en su propia penumbra.

jueves, 22 de octubre de 2015

AMANECER

Por Martín Fernández, 21/10/2015

He visto amaneceres maravillosos, y seguramente existirán infinidad de ellos que no he tenido, ni tendré, oportunidad de disfrutar. Tan hermosos son, que llenan el alma y la rejuvenecen, luego del desgaste de mi cuerpo atormentado por una noche de solitaria espesura. Solo la compañía de tu ser frondoso se compara con dicha belleza, salvando mi alma de una profunda fisura, con solo el calor de tu cuerpo y de tus sedosos besos. Son tus abrazos los que calman mi tortura, cuando tus latidos susurran mi sueño y me sumergen en tu armonía. Presenciar el amanecer más maravilloso que pueda existir, tiene escaso sentido para mi vida, si en mis noches tu ausencia se impone, porque mi ser te ama con locura.


He visto amaneceres maravillosos, y seguramente veré algunos más; pero tu presencia absoluta en mi vida hace una gran diferencia, porque un amanecer es corto de tiempo, mientras que tu existencia en mi corazón es infinita. El día termina en el ocaso y da entrada a la sombra, transformándose la energía en un estado pasivo, siendo distinto tu presencia porque eres mi emoción intensa y perpetua. Por eso vivo sin miedo, sin sentir diferencias entre el día y la noche, porque vivo amándote siempre. 

lunes, 13 de julio de 2015

!BAJA LA TAPA DE LA POCETA!

Por Martín A. Fernández Ch. 11/07/2015


“Puedes pasar con confianza, va a verme limpiecita como un Sol, soy Yo, me aseo con limpiador de pocetas m.a.s., que desmancha más, que desinfecta más, que limpia más y no daña. Límpienos con limpiador de pocetas m.a.s.”


¿Cuándo nuestras mujeres entenderán que desde niños nos han engañado sobre la importancia de bajar la tapa de la poceta?. Esta publicidad, inolvidable por cierto, nos inculcó que la poceta habla y que además nos invita amablemente a visitarla para que apreciemos su brillantez, para lo cual, solo puede ser con la tapa arriba.

Entienda que nos programaron para eso desde muy temprana edad, en una época que las propagandas eran un entretenimiento fabuloso, hasta mejor que las novelas, series y películas refritas. En aquel entonces, la televisión era la mejor herramienta que nuestras madres tenían para mantenernos quietos y atontarnos para que nuestra inventiva estuviese en su mínima expresión, éramos víctimas de estos mensajes que solo tenían la intención de lavarnos el cerebro.

Ahora que somos adultos, o niños grandes como nos dicen ustedes, nos piden que reprogramemos nuestra conducta para mantener la tapa de la poceta abajo, como si fuera tan fácil. Dicha costumbre la tenemos incrustada en el tálamo, hipotálamo y la amígdala de nuestro cerebro, como una instrucción trivial y esencial para nuestras reacciones emocionales de supervivencia.

Sin intención de ofenderlas, ni mucho menos, a veces he llegado a pensar que sus reclamos tienen un tinte de envidia, el cual se origina por la gracia que Dios nos dió de poder orinar parados, siendo esto una fabulosa ventaja. Ahora bien, ¿Por qué esa rabia con nosotros?, ¿Qué culpa tenemos?, ¿Por qué tenemos que inclinarnos para levantar la tapa y al terminar volverla a cerrar?, ¿Por qué no van a quejarse con el creador?, quien seguramente les dirá que así como se comen las maduras, también les toca algunas verdes. Adicionalmente, como si no fuera suficiente dicha imposición, también nos piden que nos sentemos para orinar, es decir, que dejemos a un lado nuestra dignidad de “machos”, con el único propósito de hacernos sufrir como ustedes.

No pretendo con este escrito excusarnos por nuestra equivocada programación o pedirles que respeten nuestra naturaleza básica de “machos”, pero sería reconfortante un poquito de comprensión, que entiendan que tenemos baja capacidad de seguir instrucciones (sobre todo las que vienen de ustedes), que el orden y la limpieza no es nuestro fuerte, en fin, que definitivamente no hayamos razón alguna por la cual debemos mantener abajo la tapa de la poceta. Sin embargo, somos tan nobles que doblegamos para complacerlas, simplemente porque las amamos y, después de todo, estamos seguros que lo hacen con buena intención, ¿No es así?.

martes, 16 de junio de 2015

PONIENDO A PRUEBA NUESTRA EXISTENCIA

Por Martín A. Fernández C. 08/06/2015

A principios de este año visité las ruinas de la ciudad de Chichen Itzá, la cual está ubicada en la península de Yucatán a unos 188 Km de Cancún, México. Esta ciudad del período Mesoamericano fue fundada en el año 525 d.c., y fue el principal centro de poder de la península Yucateca entre los años 900 d.c. y 1.500 d.c. En 1988 fue declarada por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, y en 2007 el Templo de Kukulcán (La Pirámide), que forma parte de ella, fue reconocido como una de las nuevas maravillas del mundo. Además de esta obra, se encuentran otros edificios emblemáticos y de valor artístico, tales como: El Observatorio, Las Monjas, La Iglesia, La Casa Colorada, Templo de Osario, El Castillo, El Templo de Los Guerreros y el Gran Juego de Pelota.

Al observar el templo de Kukulcán, que es una pirámide monumental, viene a la conciencia preguntas como ¿Quienes diseñaron su estructura y orientación para el equinoccio? ¿Cómo fue el proceso de su construcción? ¿Cuántos hombres participaron en su construcción? ¿Cuánto tiempo llevó hacerlo? En fin, la organización que tuvieron que tener para que por generaciones hubiese continuidad hasta su finalización. 

El Observatorio es una obra que representa el conocimiento y el avance científico de esta cultura, cuyos sabios estudiaron en el tiempo el curso del Sol, la Luna y la disposición de las estrellas en las noches.


El Campo de Juego, lugar de encuentro del pueblo para un momento de recreación colectiva y de ritual religioso, es una edificación que perfectamente representa el concepto arquitectónico y jerarquía social que actualmente se viven en los stadium de juegos modernos (béisbol, fútbol, rugby, etc.), tales como: el propio campo de juego donde los jugadores interactúan, las gradas para la gente común y los lugares especiales para los jerarcas  o sacerdotes de aquella época. Estar en el medio de estas ruinas y hacer un ejercicio de empatía hacia el pasado, se siente la emoción y la energía que se pudo experimentar en ese lugar: la presentación por parte del sacerdote o monarca, los gritos de ánimos de los espectadores, los jugadores de los equipos corriendo para lograr lo que hoy en día llamamos “Gol” en el futbol, y el final del juego donde hay un sacrificio humano como ofrenda a los dioses.

El estar en este lugar arqueológico, hace pensar que pronto seremos historia como sociedad y que seremos recordados según los aportes que hagamos a la humanidad. La existencia de un pueblo con un desarrollo avanzado en lo cultural, religioso y científico, representado en significativas obras arquitectónicas, nos demuestra lo relativo que es nuestra propia existencia dentro de la evolución de la humanidad. En unos cuantos años esta sociedad moderna que representa lo que somos, formará parte de un pasado que quizás las generaciones futuras nos reconozcan por nuestras ciudades en ruinas  o sus visitas a museos y bibliotecas virtuales o de otro tipo de dimensión, y entonces, seremos para ellos una sociedad antigua que, si hacemos las cosas bien en este presente seremos admirados, en caso contrario estaremos en el olvido. 





ESTRELLAS

Por Martín Fernández, 02/06/2015.

“Mis amores vengan para mostrarles esta pintura”, les dice un hombre a sus dos hijos en un salón de exposición de arte, quienes salen corriendo para ponerse cada uno a su lado, sin antes forcejear y discutir por el lugar donde querían colocarse hasta que el padre les dice con tono de autoridad “pónganse de acuerdo”.
  • ¿Cuál pintura Papi?, pregunta la niña o más bien una preadolescente de 12 años, que casi logra la altura de su padre.
  • “La que está en el techo Vicky”, se adelanta a decir Juan quien es dos años menor, y que no pierde oportunidad para bromear.
  • “Gafo, tengo derecho a preguntar”, responde Vicky con temperamento.
  • “Ya basta, compórtense” interviene el papá inmediatamente antes de que extendieran la discusión de hermanos. “Noche estrellada sobre el río Rhone, de Vincent Van Gogh, es el cuadro que tenemos en frente”, continúa hablando el padre y luego de una pausa de varios segundos sentencia “me gusta”.
  • ¿Por qué te gusta papi?, pregunta Vicky.
  • Juan, luego de mirar la obra fijamente con el ceño fruncido e inclinando muy despacio la cabeza hacia un lado y luego al otro, buscándole sentido a la misma, le pregunta al padre ¿Estás hablando en serio Papi?,  “a mí me parece que al pintor le fallaba el pulso”, continuó diciendo.

Los tres se ríen  discretamente para no irrumpir el silencio de la sala por las ocurrencias de Juan, y cuando éste iba a seguir con otro de sus chistes Vicky le hace seña para que deje de hacerlo, con un gesto de apretón de labios y viéndolo a los ojos, lo cual Juan entendió perfectamente.
  • “Veamos bien la pintura”, les dice el papá, ¿Qué observan?
  • “Veo grandes estrellas en el cielo, sobre un río o lago”, dice Vicky la mas acuciosa.
  • “Y dos personas al frente papí”, dice Juan intempestivamente antes de que se le adelantaran.
  • “Un pequeño velero” dice Vicky.
  • “Y al fondo hay como un incendio” menciona Juan.
  • “No Juan, no es un incendio, son luces de los edificios que se encuentran al otro lado del río, las cuales se reflejan sobre las aguas”, le corrige el papá.
Vuelven nuevamente a reírse los tres por las ocurrencias de Juan,  pero esta vez sin reservas, alterando la tranquilidad del espacio y viendo como alrededor algunas personas los observaban y se contagian de la diversión.  
  • “El arte tiene su manera de interpretarse, pero si una obra te hace sentir emociones es cuando ha cumplido su objetivo. El paisaje me recuerda  el cielo de un pueblo donde viví como hace unos tres años, llamado Carmen de Uria, que se encontraba en el Litoral Central. En las noches el cielo era un tesoro lleno de estrellas, hasta ahora no he visto algo igual, me acostaba en la terraza del techo de la casa a contemplarlas, se podía identificar todas las constelaciones pero solo conocía la Osa Menor, la Osa Mayor y La Cruz del Sur. Habían algunas que su brillo era mucho más intenso las cuales quizás eran planetas, pero lo increíble es que pasaban las horas y no te cansabas de observar el cielo, y si tenías paciencia podrías hasta ver estrellas fugaces” Hablaba el papá con la mirada perdida en el cuadro y los niños escuchándolos con atención.
  • “Qué lindoi” Dice Vicky con un tono de ternura, y posando su cabeza sobre el hombro de su padre.
  • “Si detallan a la pareja, son unos abuelos abrazados y que están paseando juntos, como simbolizando el amor eterno en la grandiosidad del firmamento”, prosigue el papá para finalizar su contemplación.
  • ¿Qué romántico?, dice Vicky sobre el panorama descrito.
  • ¿Nos vamos papi?, interrumpiendo Juan el momento de inspiración de su padre, “es que ya me aburrí”, continúa diciendo.
  • “Si, veamos otra cosa”, le contesta el papá.
  • “Además papi, sin ánimo de ofender al pintor, me gusta más como tú pintas”, le dice Juan como tratando de arreglar su supuesta ofensa.
  • “Es cierto papi, tú lo haces mejor”, completa Vicky.

El padre se sonríe y los abraza agradeciendo el comentario de sus hijos, y continúan paseando agarrados de manos por el salón de arte.

ESTRABISMO

Por Martín Fernández, 30/05/2015

El otro día fui a revisarme la vista con mi oftalmólogo de confianza,  quien es una amiga de infancia, como regularmente lo hago todos los años para ajustar mis lentes al desgaste natural de mis ojos, es decir, los avatares de la edad. Luego de una hora de una consulta amena, poniéndonos al día sobre temas familiares y personales, mientras me chequeaba la visión y la condición física de mis ojos, me atreví a preguntarle sobre una intimidad que últimamente me atormenta angustiosamente.

A pesar de la confianza de años que nos tenemos realmente estaba muy tímido, pero me llené de valentía e inicié esta confesión.

-   “Mari, quiero aprovechar esta visita para conversar contigo sobre una situación que me está pasando y que me preocupa”,  le dije con una voz nerviosa.

-     ¿Sobre que se trata Martín?, me pregunta con cierta curiosidad.

-   Luego de una respiración profunda y pausada comienzo a contarle, “Creo tener un problema físico, cuya consecuencia me afecta en lo psicológico y emocional”, ella se pone seria estrechando las cejas como indicativo de una mayor atención, “En ocasiones sufro de una especie de estrabismo que me ocasiona déficit de atención”.

-   ¿Estrabismo? ¿Déficit de atención? Explícame mejor para poderte entender”, me dice mi amiga.

-    Vuelvo a respirar profundo y sigo contando “Lo que quiero decirte es que en ocasiones mis ojos sabotean mi concentración, por más que trato de dominarlos para que se enfoquen en un solo objeto o persona, siempre termino viendo varios objetivos a la vez.  En los momentos que estoy solo caminando por la calle este problema no tiene importancia, pero si estoy conversando con algún amigo en un sitio público el estrabismo actúa, y me da vergüenza porque la persona se da cuenta que estoy desviando mi atención, y cuando esa persona es una amiga, inmediatamente me dice un ´párame bolas´ con un tono fuerte”. Mari comienza a hacer muecas con la cara de extrañeza y sigo contando “Peor aún es cuando pasa una mujer cerca, lo cual ocurre repetidamente, el estrabismo me ocurre tan insistentemente que pierdo el hilo de la conversación y mis ojos comienzan a escanear ese objetivo de arriba abajo y de abajo arriba, se fija en su rostro, su cabello, el vestido, sus prendas, sus curvas, sus piernas, sus zapatos, todo lo observable para concluir en mis adentro lo guapa que es esa mujer. A pesar de la belleza con quien esté conversando, mis ojos no obedecen y comienzan a ver doble, no lo puedo controlar, a menos que esté conversando con mi amada, ocasión que mis ojos tienen una concentración perfecta en su rostro, apreciando su belleza, cómo se mueven sus labios y contagiándose de su alegría de verme”.

Mari se sonríe y me responde de un diccionario electrónico de su laptop “Estrabismo es un trastorno en el cual los dos ojos no se alinean en la misma dirección y, por lo tanto, no miran al mismo objeto al mismo tiempo. La afección se conoce más comúnmente como ojos bizcos”. Y luego continúa diciéndome “Aunque este significado se parece a lo que me cuentas, no tiene que ver en nada con lo que tienes”, y luego con la confianza que tenemos de siempre, con tono regañón me dice “pórtate bien es lo que tienes que hacer”, y completa diciéndome “Bueno, menos mal que siempre me preocupo salir bien arreglada. Ahora anda y vete que tengo que seguir trabajando”.

martes, 19 de mayo de 2015

PERDONAR EL PASADO

Martín Fernández, 18/05/2015.

Es necesario perdonar el pasado, me refiero a errores cometidos por nosotros, y por los nuestros y no tan nuestros, los cuales muchas veces los traducimos en fracasos. Nuestra mente nos trae el pasado para torturarnos, si la dejamos libre es como el salitre que corroe poco a poco el hierro, debilitando nuestra pasión de vivir el presente y la fe y esperanza en un mejor futuro.

Los malos recuerdos sin perdonar nos atascan en el pozo del miedo a vivir, porque pensamos que volverán a repetirse y que podrían significar un volver a fracasar. ¿Cómo seguir siendo valiente en la vida, si nuestra mente nunca olvida?, simplemente perdonando y dejando ir dichos recuerdos, cada vez que regresen.

La acción emocional de perdonar el pasado es como el desprendimiento de la costra de una herida que ha sanado, a pesar de las marcas o cicatrices que deja para no olvidarla. Estas señales que siempre llevaremos con nosotros serán demostraciones de nuestra capacidad de superarnos de las sorpresas de la vida, que siempre tendremos la fuerza interna para levantarnos de las caídas, sin importar que los rasguños sean en las rodillas, manos e incluso en la cara.

La vida es un mar de sorpresas, buenas y malas. Su diversidad es lo que finalmente la define, es lo hace que sea divertida. Si tenemos buenas experiencias, ¿por qué nos enfrascamos solamente en rumiar en los recuerdos venenosos?, detrás de la acción de perdonar surge una acción de reconocer algún aprendizaje, que algo bueno te dejó y hasta apreciar que existió algo generoso. Si vivimos sin juzgar, que las cosas pasan por algún motivo, que todo tiene su razón de ser y que Dios siempre nos tiene preparado algo mejor porque nos ama, no debemos preocuparnos de vivir la vida.

¿Pasado, presente y futuro, dónde quieres vivir? La mejor manera de estar en bienestar pleno es hacer lo mejor en el presente, así tendremos recuerdos hermosos y un buen porvenir.

jueves, 14 de mayo de 2015

YO QUIERO SER HÉROE

Por Martín Fernández, 11/05/2015

En mi locura ocurrencia de esta edad madura por la cual transito, que es distinto a estar en madurismo, tuve un empeño en querer ser un héroe, en convertirme en un superhumano, en aquella persona con poderes infinitos, con capacidad de dar vidas o de salvarlas, que pueda proteger a los desvalidos, que sea fuente de inspiración para liderar valores sobre el amor al prójimo y a la humanidad misma. Para lograr esto, ayer Domingo me fui a la Iglesia con el propósito de tener una conversación seria con Dios.

Estando en el templo de Dios, muy temprano en la mañana, sentado cerca del altar, comencé a suplicar para que me convirtiera en héroe, acompañando a esta invocación con varios Padre Nuestro y Ave María, que son los únicos rezos que recuerdo de inicio a fin. Luego de insistir por largo tiempo soportando el calor sofocante de estos días de Mayo, de la nada sale un pajarito revoloteando por encima de mi cabeza, se me parecía a un canario por su plumaje amarillo con tonos marrones.

¿Quieres ser héroe?, escucho claramente mientras el animalito seguía volando sobre mí. Empecé a mirar alrededor para ver si alguien me estaba vacilando, tal fue el esfuerzo que casi me tuerzo el cuello. 

¿Quieres ser héroe? vuelvo a escuchar, pero esta vez me di cuenta que era el bendito pájaro y rápidamente pensé que se trataba de un periquito o una especie de loro diminuto. 

Al rato veo que dicho parlanchín se posa sobre el tope del altar de la iglesia y mirándome fijamente me dice ¿Quieres o no, ser héroe? Inmediatamente me levanté del banco, mi corazón latía desbocadamente, mis piernas temblaban, ahora si sudaba de verdad, estaba realmente asustado, y pensaba que a mí sí me iban a tildar de loco por  escuchar a un pájaro. Solo se me ocurrió preguntarle ¿Quién eres?, sin dejar de mirarme me respondió “soy un mensajero de Dios, quien me pidió que conversara contigo”, e insistió con la pregunta ¿Quieres o no, ser héroe? Aún con dudas de lo que me pasaba, le respondí con voz temblorosa “sí, sí quiero ser héroe”, y luego de una pausa, con voz firme le hice una acotación bien seria “sí, sí quiero ser héroe, pero no cualquier héroe, quiero tener super poderes, ser invencible ante cualquier eventualidad, de energía inagotable y que no tenga que volar al Sol para recargarme, que pueda ejercer mi dominio solo con la mirada, que tenga la sabiduría suficiente para…”, es entonces cuando el canario me interrumpió diciéndome ¿Por qué no te callas?, “ya entendí lo que quieres ser”, y con voz arrogante me dice “Eso es pan comido, en realidad es muy sencillo, ya he convertido a muchas personas en esa clase de héroe”. Esto me decepcionó profundamente, pensaba que sería el único en este planeta.

El ya no tan simpático canario me aclara que tengo que hacer unos cuantos sacrificios, y me pregunta que si estaría dispuesto a hacerlo, a lo que dije “espera un momento, no me vas a decir que tengo que vender el alma al diablo”, y el pájaro me peló los ojos diciéndome “espero que estés bromeando, me refiero a los siguientes sacrificios”, y empezó a listarme:

Debes estar dispuesto a llevar un feto en tu vientre por 40 semanas, considerando que tu cuerpo se deformará, que tendrás cambios hormonales, aumentarás de peso y tendrás alteraciones emocionales.

-  Debes estar dispuesto a aguantar el dolor de parto, o que por medio de una cesárea te abran el vientre para sacarte el bebé.

-  Debes estar dispuesto a amamantar al bebé cada 3 o 4 horas, sin importar el sueño que tengas.

-  Debes estar dispuesto a desvelarte toda una noche vigilando el sueño de tu hijo cuando se encuentre enfermo.

-  Debes estar dispuesto a alimentar a tu hijo, aunque tengas que dejar de comer en ciertos momentos.

-  Debes estar dispuesto a vestir, llevar y recoger a tu hijo al colegio, trabajar y además, atender la casa.

-  Debes estar dispuesto a ser el líder de tu hijo guiándolo por el buen camino.

-  Debes estar dispuesto a reprimir a tu hijo cuando sea necesario, a pesar del profundo amor que le tengas.

-  Debes estar dispuesto a amar tu hijo tanto, que sacrificarías tu vida por él.

-  Por último, luego de todos estos sacrificios, debes estar dispuesto a dejarlo que se vaya para que haga su propia vida.


“Espera pajarito”, le interrumpí ya aturdido, ¿tú lo que quieres es convertirme en madre? Le pregunté. Quien me responde “eso es lo único que calza perfectamente con los poderes que me estas solicitando”. Solo pude asentar con mi cabeza que tenía razón, y le dije “ya existen suficientes heroínas en este planeta, mejor sigo siendo lo que soy, pero esta vez procuraré ser un mejor hijo y reconocer el valor de mi madre.